Hablemos de sueños, pero no de los que ves cuando duermes, sino de los que no te dejan dormir. De esos pensamientos que te consumen todo el tiempo, de esos anhelos que ponen a palpitar tu corazón y no quieres parar de hablar de ellos porque quieres compartirlos a todo el mundo. Un poco exagerado, pero créeme, algunas somos así de emocionadas y más cuando se trata de querer lograr esos deseos profundos del alma.
Definamos una idea más clara de lo que es realmente un sueño…
Un sueño es una manifestación mental que proyecta tu creatividad sin barreras, te deja volar en tu imaginación hasta el punto de que puede llegar a ser una completa fantasía. Relacionado a pensamientos, emociones, imágenes y sonidos que son propios de tu realidad. Podríamos decir que un sueño nos permite visualizar un ideal, que nos da la capacidad de ilusionarnos con aquello que sobrepasa nuestra razón e incluso, nos habla de lo que hay en nuestro interior, en nuestro subconsciente, todas aquellas cosas que queremos llegar a hacer y de quien realmente queremos ser. Por eso es totalmente subjetivo y tan único.
Así que me atrevería a decirte que un sueño es esa “idea crazy” que tienes en tu cabeza, dando vueltas y preguntándote, si es posible hacerla realidad. Que posiblemente soñaste o se te ocurrió en un momento de inspiración total, de un encuentro profundo contigo misma. De esos momentos de iluminación existencial que solemos tener cuando deseamos cambiar o mejorar algo en nuestras vidas o a nuestro alrededor. A veces esa idea es tan loca o está tan fuera de tu realidad, que prefieres pasarla de largo, sin darle la oportunidad de convertirla en un deseo.
¿Un deseo? si, un sueño se convierte en un deseo cuando aterrizamos esa “idea crazy” y le damos una forma más clara. Cuando la transformamos en una idea más razonable, donde dejamos a un lado la fantasía y la visualizamos en nuestra realidad. Es en ese momento donde sientes un palpitar en tu corazón que te llena de entusiasmo y mucha ilusión de haber encontrado una solución o una respuesta a lo que estás viviendo. Cuando tienes esta clase de deseos, de los que quieren trascender tu vida, porque podemos desear muchas cosas como comer un helado. Sientes que debes hacer todo por lograrlo y te ves impulsada a gritárselo al mundo.
Pero por muy inspirada o poética que suene, los deseos se pueden quedar solo en eso, deseos. Ideas que solo van y vienen en nuestra mente. Muchas veces porque estamos tan llenas de cosas que nos da pereza poner nuestra atención en algo nuevo, por todos los miedos e inseguridades que tenemos y peor aún, por la influencia que tienen los demás en nosotras. Y creo que esto último nos toca a todas, son más las ocasiones que decimos NO a algo que nos gusta o que nos apasiona, por el que dirán, por la opinión de tu pareja, tus padres o tu mejor amiga. Soy consciente de que sus comentarios basados en su experiencia, hablan del amor que nos tienen, al querer evitar que fracasemos. Pero ten en cuenta esto, son sus experiencias, sus miedos, sus límites y NO los tuyos.
El fracaso es la oportunidad más grande que tenemos para poder crecer y darnos cuenta de lo mucho que podemos lograr. A veces olvidamos, que los grandes inventos de la humanidad, fueron sometidos a varios ensayos y errores. Partieron de un deseo profundo de sus corazones y decidieron lograr algo diferente en sus vidas. Así que mi invitación para ti hoy, es que no te quedes sólo con el deseo en tu mente, sino que decidas hacerlo realidad. Transforma tu deseo en una meta y plantéate objetivos. Probablemente ese sueño, te quiere revelar la misión y el sentido de tu vida, y mejor aún, puede llegar a ser muy beneficioso para el mundo, por muy pequeño que parezca. Deja a un lado tus miedos e inseguridades porque tienes mucho por aportarnos y piensa, NO solo en que tanto podrías perder si trabajas por ese deseo, sino más bien, en todo lo bueno que podrías obtener si le das la oportunidad de realizarse.
Además, quiero que te quedes con esto en mente, los deseos profundos del corazón son todos aquellos que te impulsan a ser quien realmente estás destinado a ser, y lo más importante, si los estás anhelando es porque Dios te los regaló y te dará la gracia para hacerlos realidad.
¡¡¡Deséarlo tanto para que tu corazón te impulse a crearlo!!!